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Descubriendo la baraja Abc

El precio original era: $39,600.00.El precio actual es: $35,640.00.

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Descripción

Ya son años, desde aquel agosto de 1997 en Alpedrete, cuando en un papel «de impresora» –que mi padre reciclaba, como borrador– me puse a clasificar las cartas de la baraja francesa por el número de letras de sus nombres, con las variantes Dama/Reina y Rombos/Diamantes. Terminado el cuadro, 18 cartas empezaron a danzar ante mí; las cartas c, que se deletreaban con 9, 12 o 15 letras. Diferencia de tres. «¡Esto se puede aprovechar para un truco de deletreo!» Y ahí empezó todo.
Resultó que, además de ese truco, la baraja escondía muchos otros secretos y posibilidades. Enseguida eran media docena los efectos que podía hacer con ella. Los escribí. Y, meses o años después, me venían más ideas. Y propiedades. Y más juegos. Los presentaba en alguna gala de la SEI, o en la Barranca, o a familiares-amigos-alumnos. Y los seguía escribiendo, y componiendo con ellos un libro al que nunca terminaba de ver la estructura.
Porque con los secretos yo escribía mis charlas, mis anécdotas, mis chistes malos. Y pensaba: «Pablo, deberías ir al grano, escribir cada juego en cuatro líneas, el principio implicado y nada de charlas». Pero no me salía. Y algunas noches se me aparecía el fantasma de 25 trucos con una baraja Radio, un libro-folleto que jamás querría escribir.
Porque yo había crecido leyendo a Ciuró, que transmitía su amor a la magia con sus explicaciones y anécdotas. Y gozado leyendo a Tamariz trufando de humor los porqués y los cómos de sus increíbles rutinas. Y compré –a medias con un amigo– los dos primeros canutillos de La Magia de Ascanio, donde cada gesto llevaba detrás toda una filosofía. Y con esos maestros –Ciuró, Tamariz, Ascanio– se aprendía cualquier cosa menos «trucos».
Si pudiera fusionar tres libros en uno, mi libro se parecería a la suma de un Ciuró (Ilusionismo elemental) y dos «Tamarices» (La baraja Multiefecto y Trucki-carto-magia -este último escrito con Ramón Varela). No he pretendido imitar esas obras, ni mucho menos. Pero sé que, sin querer, me sale emular lo que más me llegaba, lo que de ellos aprendí. ¡Y conste que no incluyo a Ascanio en la lista porque para poder filosofar todavía me queda mucho por aprender!
Si alguno de quienes leen esto no ha leído nunca a Ciuró, les propongo cambiar ese nunca por un todavía. Y si todavía no han tenido ocasión de disfrutar de las obras de Juan que he citado, no saben lo que se pierden. Están a tiempo de buscarlas, aunque tendrá que ser en el maravilloso mundo de los libros de magia que ya tuvieron un dueño.
Hay varias personas que me han ayudado a hacer este libro, entre los que quiero destacar a Ana Sánchez y a Ángel Idígoras. Ambos me han regalado su tiempo y su mirada, y por ello en estas páginas hay algo más que muchas letras.
Pero si este libro ha llegado a ti es, esencialmente, porque me ha empujado el que mejor podría hacerlo: José «QSY», el mago que me sedujo llevando su mano al estómago en su mítica Carta al número, hace tres lustros. Y no me cansaré nunca de disfrutar de su Ella, una brutal lección de magia, de amor y de vida, que vienen a ser lo mismo.
Él también lo narra en su prólogo: tomó en sus manos mi Abc, la que yo manejaba lleno de culpa. En dos segundos la mezcló y la extendió cara arriba: ¡ahora era una baraja normal! No me lo podía creer. Jose acababa de dar vida a mi baraja. Mis fríos diseños, charlas y principios serían milagros con sus manejos y su sabiduría. Esa tarde a la Abc le pasó como a Pinocho cuando dejó de ser un muñeco vivo para convertirse en un niño de verdad.
Jose ama, conoce, se exige… y me exige. Ya antes me había intentado empujar a publicar mis ideas y juegos con la Abc otro amigo, el entrañable mago historiador argentino Nadur. Pero todo un océano me protegía de los «capones» que Eduardo me mandaba a través del correo electrónico; y, desgraciadamente, se fue sin haber visto este trabajo.
Tarde, pero gracias a Jose, hoy cumplo mi promesa a Nadur; y –lo que es más importante– gracias a él este libro es mucho mejor que el que yo habría podido escribir entonces.
Lector, la Abc te está esperando. Te reserva muchas sorpresas y buenos momentos. Pero te advierto: como Jose lo ha sido conmigo, esta baraja será exigente contigo. Te pedirá atención, cariño… ¡y trabajo!
Dáselos, y te enamorarás de ella. Es tan guapa…